Moneda! El grito favorito de los voluntarios en arqueología

Ese es el valor secreto de las monedas: más allá de su materialidad, siguen siendo tan valiosas como el día en que alguien las sostuvo en su mano

Andrea Garza-Díaz Barriga

|

26 de noviembre, 026

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Moneda! El grito favorito de los voluntarios en arqueología

Ese es el valor secreto de las monedas: más allá de su materialidad, siguen siendo tan valiosas como el día en que alguien las sostuvo en su mano

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Moneda! El grito favorito de los voluntarios en arqueología

Desde antes del amanecer, con apenas unas horas de sueño y tan solo un café, los voluntarios de arqueología están listos para excavar. Siempre con emoción y expectativa —tal vez un poco adormecida por la hora—, pero con la misma pregunta latente ¿qué encontraremos hoy?

¡Moneda! —el grito favorito de muchos voluntarios. Después de tantos años de excavaciones en Magdala, recuerdo cómo encontrar una moneda siempre provocaba una emoción incontenible que rápidamente llamaba la atención de todos los presentes.  “¡Encontré una moneda!”, decían los voluntarios, mientras nos acercábamos para hacer el registro correspondiente. Casi todos nuestros voluntarios se fueron con esa experiencia grabada en la memoria.

En Magdala hemos encontrado muchas monedas: la mayoría de bronce, pequeñas y, a primera vista, no muy llamativas… pero profundamente significativas. Entonces surge la pregunta: ¿qué tiene de especial encontrar una moneda? ¿Qué sucede después de hallarla?

Siempre he pensado que las monedas –al igual que los otros materiales– nos conectan con los habitantes del pasado. Su valor intrínseco se perdió con el tiempo —un shekel del siglo I ya no vale lo mismo hoy—, pero su valor simbólico creció. Fueron, literalmente, el dinero de alguien. Objetos que circularon de mano en mano y que hoy nos permiten vislumbrar fragmentos de vidas antiguas.

Para los arqueólogos, el valor no está en el metal —sea bronce, oro o plata—, ni siquiera únicamente en su antigüedad. El verdadero valor está en la información que contienen: fechas, economía, poder adquisitivo, rutas comerciales, intercambio de bienes… Cada moneda, una vez estudiada, se convierte en un vínculo con la historia del mundo antiguo.

Ese es el valor secreto de las monedas: más allá de su materialidad, siguen siendo tan valiosas como el día en que alguien las sostuvo en su mano y significan mucho más que solo una denominación.

Si te interesa conocer más sobre las monedas de Magdala, puedes leer este artículo.

Y si quieres experimentar el sentimiento de encontrar una moneda, espera nuestras próximas excavaciones.

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