Querida Familia de Magdala,
¡Con inmenso gozo les escribo por primera vez como parte de esta gran comunidad que tanto ama a Jesús, a Magdala y a Tierra Santa!
Soy el P. Timothy Meehan, sacerdote legionario de Cristo, y desde hace unos meses he asumido la preciosa misión de acompañar espiritualmente a la Familia de Magdala. ¡Qué alegría saber que, aunque estemos en distintas partes del mundo, nuestros corazones laten al unísono por Cristo, por la Iglesia y por Tierra Santa!
Quisiera compartirles algo que me llena de esperanza: ustedes son testigos vivos de lo que Magdala y Tierra Santa pueden hacer en un alma. Muchos han peregrinado físicamente; otros, espiritualmente. Pero todos hemos sido interpelados por este lugar único que sigue hablando, sanando y enviando. Magdala no es solo un sitio arqueológico; es un lugar de encuentro con Jesús, que transforma los corazones y nos lanza a extender el Reino de Dios desde nuestras propias casas, movimientos, parroquias, comunidades y trabajos.
En estos tiempos de sufrimiento, especialmente en Tierra Santa, su oración como intercesores es un tesoro. Cuando oran por la paz, por los peregrinos, por los sacerdotes, por los proyectos de Magdala… están sosteniendo algo mucho más grande de lo que imaginan. Gracias por esa fidelidad silenciosa y poderosa.
También quiero agradecer de corazón a nuestros embajadores, que con tanto amor dan a conocer Magdala allí donde están. Gracias por compartir nuestros contenidos, hablar de Magdala como si fuera su casa y hacer eco del mensaje de Tierra Santa en sus comunidades, redes y familias. Ustedes hacen posible que muchos conozcan este lugar santo y den un paso más en su camino de fe. ¡Gracias por ser manos, pies y voz de esta misión!
Y una palabra muy especial para nuestros voluntarios: gracias a quienes han servido en Magdala, a los que se preparan servir en el Encounter Magdala 202. A nuestros voluntarios de redes que colaboran desde sus casas y a nuestros acompañantes espirituales, que con su oración y escucha sostienen tantas almas. Ustedes son testimonio de que el amor puede traspasar fronteras, pantallas y kilómetros.
Hace apenas dos meses comenzamos nuestra comunidad de WhatsApp, y ya somos más de 3.000 personas unidas en oración, misión y servicio. ¡Qué regalo de Dios! Deseo que esta red siga creciendo y siendo un espacio donde compartimos lo más importante: nuestra fe.
Permítanme soñar con ustedes, soñar con una Familia de Magdala profundamente unida, encendida por el amor a Cristo, a su Palabra y a su presencia viva en Tierra Santa.
Ya hemos dado un primer paso: desde hace poco tiempo, nos unimos cada mes en un streaming de adoración llamado Tocando el Manto, donde cada uno, desde su casa, se postra ante el Señor con fe, como aquella mujer del Evangelio. Le pedimos que podamos tocar su manto con nuestra oración y que, a través de ella, Él sane, transforme, proteja y renueve nuestras vidas, nuestras familias y nuestra Iglesia.
En las próximas semanas comenzaré a enviarles unas cápsulas espirituales en video, grabadas aquí mismo, en Tierra Santa. Serán un regalo sencillo pero profundo: Desde Magdala, directo a tu casa. Un alimento para el alma, y una manera de seguir creciendo juntos como comunidad.
Y soñar también con ver nacer pequeños grupos de la Familia de Magdala en distintos países y ciudades: comunidades locales donde se rece, se comparta la fe y se viva esta espiritualidad juntos. Que no estemos conectados solo por redes, sino también por la presencia, el encuentro y el testimonio en nuestras realidades concretas. Ojalá pronto podamos ver florecer esta familia en muchas partes del mundo.
La Familia de Magdala es una comunidad viva, que ha sido llamada, transformada y enviada. Y tú eres parte esencial de esta historia.
Por eso, si sientes el deseo de sumarte más activamente, te abrimos las puertas:
- Puedes unirte a orar como intercesor.
- Puedes compartir y difundir como embajador.
- Puedes colaborar como voluntario, desde tu casa o en nuestros eventos. Estamos especialmente buscando nuevos voluntarios para apoyar en áreas como diseño, redes sociales, edición, creación de contenidos…
Y por supuesto, quiero hacerles una invitación muy especial como familia:
Del 22 al 26 de julio nos reuniremos en Madrid para celebrar el Encounter Magdala 2025, y no sería lo mismo sin ti. Será un verdadero encuentro de familia, para orar juntos, compartir la fe y volver a casa con el corazón renovado.
Después de tantos meses compartiendo la fe y la misión a la distancia, necesitamos vernos, conocernos, abrazarnos. Poner rostro a los nombres. Confirmar que no caminamos solos, que somos muchos los que hemos sido tocados por Magdala y enviados a extender el Reino de Dios. Te esperamos con los brazos abiertos.
Cuenten con mi oración diaria. Y, por favor, recen también por mí.
Con afecto y bendición,
P. Timothy Meehan, LC
Tierra Santa, julio de 2025
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