El año pasado tuve la oportunidad de participar como voluntaria en el Encounter Magdala 2024 que se celebró en Puebla (México). Fue gran una experiencia en todos los sentidos: personal, espiritual, social y cultural. Era la primera vez que viajaba a México y la primera vez que participaba en el Encounter de Magdala.

Fueron cuatro días de locura total, pero llenos del Espíritu del Señor y con muchas ganas de agradar, ayudar y servir en todo lo que hiciera falta. Cuatro días durmiendo poco y atendiendo aquí y allá a los peregrinos sin parar, compartiendo juntos, rezando juntos, cantando juntos. Cuatro días en los que el mundo se paró en nuestras vidas y en nuestros corazones para vivir, de forma muy especial a través de las pláticas, de los vídeos y de la música, la Tierra Santa de Nuestro Señor Jesucristo.

Fue tal la intensidad emotiva que se vivió allí que nadie, pero absolutamente nadie, salió indiferente. Cada uno tuvo su momento, su encuentro con Jesús, su Encounter. Todos estábamos felices y emocionados por haber notado el abrazo de Dios y muchísimos peregrinos, los que no pueden viajar, decían muy agradecidos que habían experimentado la Tierra Santa en Puebla.

Si tuviera que elegir un solo momento de todos los vividos, sería la Adoración de Alabanza con las tres custodias (la central, de una belleza imponente) mientras se tocaba el manto de Jesús colocado alrededor de las custodias. Fue un momento muy emocionante no sólo para mí, sino para todos los presentes. En un escenario en parte a oscuras, en parte con baja luminosidad y con las tres custodias iluminadas por unos potentes focos, y acompañados de una maravillosa música que invitaba a la oración y al agradecimiento a Dios, se sentía el Espíritu Santo encima de nosotros. Algo increíblemente mágico y especial. Yo, sin saber muy bien dónde posicionarme al comienzo de la adoración, me vi de repente ayudando a algunas personas, una a una, a bajar las escaleras para que pudieran acercarse al Santísimo y tocar el manto. Pude de esta manera percibir la emoción y la felicidad de los peregrinos, su agradecimiento por indicarles el camino. Y yo no cabía de gozo: el Señor me había dado una misión, pequeña, pero una misión que me hizo no sólo sentirme útil, sino también muy cerca de Él a través del prójimo.

Llevo varios meses ayudando en la preparación de la tercera edición del Encounter Magdala y cuento los días para que empiece. Tic tac tic tac…. Cuento los días para volver a vivir una experiencia de Dios con los peregrinos que se han registrado y ayudarles a vivir la Tierra Santa en Madrid ¿Te apetecería experimentarlo? ¿Quieres tocar el manto de Jesús mientras el Grupo Tuyo nos acompaña con sus canciones? No dudes, querido/a amigo/a, en apuntarte. ¡Hazlo ya! Te aseguro que los sacerdotes, las consagradas, el staff y los voluntarios haremos todo lo posible por conseguir que vivas una experiencia única. Pero quien tiene la última palabra es Dios. Él dará el toque final, el toque necesario para que vivas cinco días (del 22 al 26 de julio) llenos de momentos especiales y para que tu corazón escuche Su Voz. ¡Ven a descubrir lo que Dios quiere decirte!

Sólo tres requisitos son necesarios: tener más de dieciocho años, tener un “corazón joven” (en palabras del Padre Juan Solana, director del evento) y muchas muchas ganas de participar. Nada más nos haría ilusión a todo el equipo y a mí poder saludarte. Te esperamos.

¡Date prisa! El plazo para registrarse termina el día 15 de julio y puedes hacerlo en la página web.