Mi nombre es Mary Clare y soy la nueva voluntaria de Magdala.
La primera vez que visité Magdala fue en 2017 con un grupo de mi universidad. Siempre he conectado profundamente con el ministerio de Jesús en Galilea, donde Jesús usó la naturaleza y las costumbres locales para sus parábolas. Recuerdo que me asombré y pensé: mi Señor Jesús probablemente estuvo aquí…
Durante esa visita tuve que pelear contra el calor característico de Galilea, para poder concentrarme en las palabras de nuestro guía. Mirando la sinagoga, me imaginaba la mirada amable de Jesús posándose en alguno de los asistentes, quizá en el que mas necesitado se encontraba. Podía escuchar su voz leyendo la Torá colocada sobre la piedra de Magdala, llenando de vida cada uno de sus versículos.
En las orillas del Mar de Galilea, mi corazón alabó a nuestro Creador. Me imaginé a Jesús alejándose de la multitud hacia el agua, rodeado por los hermosos colores del azul del agua y el rojo de la tierra. Conocer Magdala fue conocer el lado más humano de Jesús. Desde entonces, mi lectura de las escrituras no fue igual. Durante los años siguientes, los evangelios se pintaron de nuevos colores y paisajes, con una claridad feroz.
Hace unos meses regresé a Tierra Santa para un programa de 6 semanas, en las que estudiamos Arqueología Bíblica, geopolítica moderna y las complejidades de los grupos de personas que viven en esta tierra. Nació en mi un nuevo deseo de pasar mas tiempo en Tierra Santa y comencé a orar, preguntándole al Señor qué debía hacer al finalizar mi curso.
Consulté la caducidad de mi visa y, milagrosamente, comprobé que era válida por varios meses. Entonces, cambié la fecha de mi vuelo y llamé a familiares y amigos: ¡me quedo un poco más en Medio Oriente! Durante estos días recibí la paz interior que solo viene de Dios. No sabía mucho sobre cuál sería mi trabajo, pero sabía que estaba de acuerdo con lo que es Magdala: un lugar de encuentro para personas de todos los caminos de la vida y la fe. Contra todo pronóstico, Dios abrió un camino para que yo estuviera aquí y… ¡ahora estoy sirviendo a la familia de Magdala, caminando por donde Jesús caminó!