Muy queridos amigos de la Familia de Magdala,
Seguimos todos en este período especial que nos ha tocado vivir.
En Magdala hemos llegado a un aniversario importante: los 10 años de tener voluntarios. Quiero hacerles brevemente un recorrido histórico y una reflexión sobre el tema…
En 2009 hicimos las primeras excavaciones arqueológicas, llevadas a cabo por la Autoridad de Antigüedades de Israel. Ante la magnitud y la importancia del descubrimiento, decidimos involucrar a la profesora Marcela Zapata, en representación de la Universidad Anáhuac de México, institución dirigida por los Legionarios de Cristo, nuestra congregación religiosa.
Ella visitó Magdala en los meses de noviembre y diciembre de 2009. En ese entonces se decidió continuar bajo su liderazgo y guía la excavación arqueológica, y se planteó la posibilidad de buscar voluntarios, como hacen en la mayoría de sitios arqueológicos con dimensión internacional. Así se determinó que las excavaciones iniciarían en el verano del 2010. Llegado el mes de julio, se inició esta maravillosa aventura, donde Dios nos iría descubriendo parte del plan general para Magdala.
El primer año fue apasionante, pues tuvimos numerosos grupos. Entre enero y agosto de 2011 tuvimos cerca de 250 voluntarios de países como Chile, Alemania, México, Estados Unidos, Italia e Irlanda. Entre estos, estuvieron los noviciados de la Legión de Cristo de Europa, que, debiendo cumplir con un mes al año de trabajos físicos, se dieron a la tarea de apoyar las excavaciones arqueológicas de Magdala.
Seguimos durante casi cuatro años seguidos este programa, recibiendo voluntarios en grupo o individuales, con una participación más abundante durante el verano; algo excepcional en la arqueología en Israel.
Al final de ese tiempo, en 2014, se abrió el sitio a la visita del parque arqueológico y de Duc In Altum. Entonces se necesitaban voluntarios para atender el lugar y sus actividades. Fue entonces cuando una reflexión pasó por mi mente: María Magdalena y las otras mujeres que refiere el evangelio en Lucas 8, 1-3, fueron las primeras voluntarias del evangelio. Es conveniente que haya siempre voluntarios en Magdala, para que personifiquen ese aspecto.
Esta luz se hizo aún más fuerte durante una visita a Medjugorje, donde se reafirmó esta convicción: la presencia y el servicio de los voluntarios es parte esencial del proyecto de Magdala.
Por ello este programa ha continuado con diversas modalidades hasta el día de hoy (literal, a pesar de la pandemia, pues esta encontró aquí a varios voluntarios que habían venido por mucho tiempo, o que simplemente no han podido volver a sus casas).
Servir por amor a Dios; servir a quien está peregrinando en la Tierra de la Revelación; guiar a los peregrinos, ayudarles a orar, acompañarlos… Esa es la apasionante tarea de los voluntarios de Magdala, y estoy seguro de que con el tiempo, adquirirá toda su luz y esplendor este servicio y esta posibilidad.
La pandemia nos ha truncado momentáneamente nuestro trabajo, pero estamos ya preparando el regreso de voluntarios y peregrinos apenas sea posible.
La ocasión del aniversario es preciosa para enviar un saludo muy cordial y agradecido a los más de 2000 voluntarios que han venido a servir en Magdala en estos primeros 10 años. Que Dios recompense su generoso servicio, y que lo que se llevaron en su corazón produzca siempre frutos para ustedes y para quienes les rodean.
Con mis mejores deseos y mi agradecimiento,
P. Juan María Solana, L.C.