Querida Familia de Magdala esparcida por todo el mundo,
En medio de la pandemia y de mil vicisitudes, llegamos a “nuestro mes”, el mes en que se celebra en todo el mundo la Fiesta de Santa María Magdalena, el día 22 de julio.
Es por eso que en nuestras trasmisiones a través de Facebook –Magdala y Magdala Español–, y YouTube (Experience Magdala) en los pasados días se han hecho numerosas menciones sobre “nuestra” santa patrona.
No deja de impresionarnos lo mucho que la gente sencilla, la gente normal, los “de a pie”, aman a María Magdalena. Y aunque hay muchas ideas extrañas sobre ella, a todos nos cautiva esta mujer, cuyo exordio en el evangelio no dejará nunca de inquietarnos: “aquella de la que Jesús expulsó siete demonios”.
Con esta mención del evangelio de Lucas (8, 3), y más tarde en los evangelios de la Resurrección –Marcos (16, 9)– se nos abre un haz de luz inmenso: sea cual haya sido la causa, el hecho o las consecuencias de esta presencia de los siete demonios en la vida de María Magdalena, Jesús la liberó. Algunos interpretan esto en sentido negativo, denigratorio. Yo creo lo contrario. Si en la vida de María Magdalena está esta “cicatriz”, nos hace ver dos grandes milagros: el primero es que Jesús apareció un día en su vida y la sanó, la liberó y le devolvió su dignidad; el segundo es que ella puso de su parte. Bien decía San Agustín: “Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Es decir, Dios pide, busca y hasta ha querido necesitar nuestra anuencia y colaboración para realizar su obra en nuestra vida. Y así vemos el paso en esta mujer inmersa en la acción del demonio, a una mujer santa y una grande evangelizadora.
Así que esa “cicatriz” en la vida de María Magdalena, nos habla de un mérito suyo enorme, así como de una grande misericordia de Jesús. Bien venga esta óptica de María Magdalena en la línea de la gran tradición de la Iglesia, que la venera como santa, que acepta su pasado sea cual sea, y que se compromete con su ejemplo de discípula, seguidora fiel y primera testigo de la resurrección de Jesucristo, hasta el punto de haber sido llamada justamente la “Apóstol de los Apóstoles”.
¡Esta María Magdalena me encanta! Una mujer evangelizadora. Acaso por este motivo dos evangelistas, hacia los años 50’s o 60’s, cuando el cristianismo se ha difundido y se recogen las narraciones “oficiales” de la vida y obra de Jesús de Nazaret, la mencionan 12 veces con tanto cariño, con tanta insistencia… La mujer más mencionada en los evangelios. ¿Acaso de veras fue una evangelizadora conocida en todos los rincones del mundo apenas cristianizado cuando se cuajaron las versiones oficiales de los cuatro evangelios?
Pidámosle a María Magdalena su intercesión en este momento de nuestra historia agitada y sufriente. Ella que sabe de la resurrección, ella que sabe de la dignidad de la mujer restablecida y honrada, ella que conoció la intimidad pura y santa con Jesucristo, con los apóstoles y con los demás seguidores de Jesús, que interceda por nosotros y nos acerque al divino y luminoso misterio que se llama Jesús.
Con la seguridad de nuestras oraciones por todos y cada uno de ustedes, por sus familias, y por su salud, quedamos unidos y en oración.
Fraternamente,
P. Juan María Solana, L.C.